Herederos del negocio que su padre comenzó en la década del 70, Rafael Vargas y su hermana son los responsables de Bicicletas Vargas, dos locales de San Diego que venden todo lo necesario en el mundo de las bicicletas. Ambos nacieron ahí, en la fábrica, y Rafael, incluso, hizo ciclismo en los 80. “Lo dejé hace 5 años”, dice.
“Aunque el negocio a veces es difícil, la familia trabaja duro para sacarlo adelante.”